El Doc Onore…por Gaby Lopez

Yo entré por primera vez al edificio de la Facultad de Biología de la PUCE hace mucho mucho tiempo. Al “Doc” lo conocí allí mismo, días después. Apareció nomás, con su panza y sus carcajadas inmensas. Él siempre sonreía y en sus ojos guardaba mil historias que iba sacando poco a poco. ??????????????????????????????? Justo donde todo parecía morir, aparecía él. Él nunca hablaba de muertos, sino de vivos. Era un alivio. Las arañas eran princesas en su boca y muchos bichitos tenían su apellido. Con él, todo parecía tener un sentido profundo, mucho más allá de la ciencia oficial. Él le devolvía la vida a todo, hasta a los humanos, como un padre.

Un día, el Doc nunca más regresó a ese edificio. Yo tampoco. Entonces comencé a visitarlo en su casa. Cada vez que voy a su casa, salgo llena. Llena de semillas, de mermeladas, de chocolates y de historias nuevas. Todo eso es como una gran bodega en el alma, que me sirve en esos momentos en los que todo parece perder el sentido.

Gaby doc OnoreUna buena época solía ir a su bosque. Una vez que alguien entra a la vida del Doc Onore, es casi inevitable comenzar a visitar su bosque. Y es que el Doc. Onore es esa extraña mezcla entre el gran científico y el ser humano profundamente espiritual. Impecable como académico, pudo ver más allá. Entonces, de un profundo acto de amor, hizo nacer al Bosque Otonga. De su amor a la vida y de su certeza de que mientras más vida exista, mejor. Quizá por eso el entrar a ese bosque es tan especial* . Quizá tiene que ver con el amor de quienes lo cuidan. Aunque él no lo ha hecho sólo, estoy segura que muchos y muchas no nos imaginamos a ese bosque sin él. En este mundo tan enmarañado y complejo, cada plantita, cada bichito del Otonga es una oportunidad, no sólo de preservar sus vidas físicas sino también la sabiduría milenaria que sólo la tierra virgen y sus habitantes pueden guardar. El Doc Onore, la familia Tapia y otros tantos lo sabían, lo sabían desde un inicio, y por eso hicieron de ese bosque su vida.

Dicen que una puede tener la familia en dónde nació y la familia que una se va haciendo en la vida. Desde que lo conocí, el Doc siempre ha sido una mezcla entre mi abuelo sabio y mi hermano cómplice. Él es parte de mi familia.Giovanni Tanto como lo son mis padres y mis hermanos y hermanas. No recuerdo una sola vez que lo haya visto y que no haya salido de ese encuentro con una renovada sensación de esperanza en la vida. El Doc me ha enseñado de la fe, de ese dar la vida por algo, por alguien. El Doc Onore es un caminante, que con sus palabras y sus acciones me enseña a escuchar y a escucharme y, rodeada de esas voces, caminar haciendo mi propio camino, sea cual este fuere.

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*Por esos años, corría el rumor de que si una pareja de novios subía al bosque del Otonga, esa pareja nunca se iba a separar.

Construyendo sueños ….

¨Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas…puede cambiar el mundo¨ – Eduardo Galeano

Que bonito es juntarse con gente linda de iniciativas hermanas 🙂 Compartir, apoyar, aprender y saber que existimos muchas personas que creemos y construimos un futuro distinto … Tuve la oportunidad de conocer acerca de la Asociación de Desarrollo Galera-San Francisco en la provincia de Esmeraldas.

DSC_0500 Esta asociación trabaja desde hace 5 años en la conservación y manejo sostenible de la primera reserva marina del Ecuador Continental. Su gente trabaja hombro a hombro para conservar uno de los pocos bosques frente al mar en Ecuador, al borde de la reserva marina Galera San Francisco. DSC_0595 El fin de semana pasado los jóvenes de la zona participaron de un taller de liderazgo organizado por la Fundación Futuro Latinoamericano. El objetivo principal del taller: involucrar a los jóvenes en el desarrollo de sus comunidades, aprender de ellos e inspirarlos a construir el futuro que ellos sueñan. Durante tres días, los jóvenes reflexionaron sobre la realidad de sus comunidades, su cultura e identidad y sobre los modelos de producción y consumo en los que vivimos. DSC_0481En medio de espectáculos de fuego, malabares, teatro, música y juegos, produjeron 4 cuñas radiales con mensajes para sus comunidades. Confío en que estos líderes y lideresas de la zona seguirán soñando, y más importante, seguirán construyendo el sueño de conservar una de las zonas más lindas de nuestro país. Si quieres saber más acerca de la Asociación de Desarrollo Galera San Francisco y apoyarlos en su iniciativa sigue este link. DSC_0523

Sueños de Otonga por Alvaro Barragán

DSC_0671 Conocí la Otonga cuando era estudiantes de biología, debo haber tenido 20 años. Giovanni Onore era nuestro profesor de entomología y en esa época los viajes lo hacíamos en buses de servicio público hasta la Unión del Toachi y luego en los camiones para vacas hacía el poblado de San Francisco de las Pampas. DSC_0613 El primer día solo fueron largos viajes por caminos malos hasta llegar a los límites de Otonga a la casa de Don César Tapia.

Él nos recibió en su humilde morada, nos brindó su comida y sus historias. Ese es el recuerdo más nítido que tengo de aquella salida. Pues luego de comer, la mayoría de los compañeros se fueron a dormir, mientras uno o dos amigos nos quedamos junto a Patricia Ortiz, conversando con Don César. Recuerdo todas las historias sobre los animales que vio en su vida, los pumas, las culebras, osos, pájaros y demás. Mezclado con sus relatos personales de su vida, de como migró desde Sigchos a trabajar la montaña junto a su mujer y luego el crecimiento de su familia y su arduo trabajo con la caña para hacer panelas.

Don César Tapia

Don César Tapia

Al día siguiente la larga caminata a la reserva nos quitó la vida, pero valió la pena pues pudimos entrar en el corazón de Otonga y ver lo grandioso del bosque. La salida era corta y llovía mucho por lo que salimos casi después de estar apenas unas pocas horas.

Volví a la Otonga luego de al menos 10 años. Regresé como profesor con mi estudiante de tesis, Carolina Proaño-Castro. Nos perdimos en la búsqueda del sendero, cargados con unas mochilas llenas de comida y las fundas de dormir deambulamos como dos horas hasta que una señora nos indicó el camino correcto hacia la estación. La estación era y aún es una casa de madera abierta con una cocina de leña en donde uno se la pasa para matar el frío de la niebla.

El bosque sigue siendo mágico, intacto e incluso avanza por el trabajo de Onore y los Tapia que reforestaron muchos terrenos aledaños.

He regresado varias veces a Otonga desde hace más de nueve años. Cada viaje es mágico, tiene momentos que no se olvidan nunca, experiencias personales emocionantes, encuentros con el humilde Don César quien no para en su labor de guardián de la vida, guardián de los seres que esconde Otonga, incluido el Olinguito el más famoso mamífero del Ecuador. Cada vez valoro más el trabajo de Onore y los Tapia, quienes como hormigas han mantenido algo que crece cada vez más y que es un regalo para todos. Muy pocos saben de todo este esfuerzo, de todo el amor que hay detrás de conservar, de todos los recursos empleados en esta empresa de locos, recursos humanos sobre todo.
Pero Otonga no solo es bosque y naturaleza salvaje. Son seres humanos que viven en sus alrededores, sobre todo niños, que han recibido ayudas de la Fundación de Otonga que hacen que ellos puedan estudiar, que tengan la posibilidad de acceder a ese derecho universal que no se cumple en la mayoría del país y que puede ser la razón de que estemos destruyendo nuestro entorno. Esa fue mi mayor sorpresa, el mirar que existe un esfuerzo orientado a una Otonga integral en donde los seres humanos son parte de los sueños de conservación.

Sin duda, Giovanni Onore pasará a la historia como el gran científico que refundó el estudio de la zoología en el país, como educador de algunos de los mejores científicos que tiene el país, como motivador de soñadores, como conservacionista pero sobre todo será recordado por el gran apoyo a la educación de cientos de niños que no tenían alternativas para surgir…..y así cierra el ciclo con la primera generación de conservacionistas que tomarán sus sueños como propios, los Tapia……Pero este es otro cuento…

Alvaro y Giovanni

Alvaro y Giovanni

Y mi vida nunca volvio a ser igual….

Hay ciertos momentos, personas, lugares o incluso olores y sabores que me impactaron de tal manera que mi vida nunca volvio a ser igual….

Cuando era estudiante de segundo año de biología, por ejemplo, tuve un profesor de zoología – entomología,Giovanni Onore, quien siempre me animó a experimentar, a pensar y a actuar diferente. Sin darme ni cuenta, al poco tiempo de conocerlo, me enamore del bosque nublado de Otonga, de su gente, de sus niños y de todos los bichitos del lugar. En sus clases, el tenía una manera super especial de compartir sus conocimientos. El nos contaba cuentos, anecdotas, chistes e historias….usaba una mezcla perfecta de ciencia, fantasía y experiencia personal.gio Me gustaban tanto sus clases y aprendí tanto de los insectos… Que al igual que él, me volví entomologa 🙂 Quizás piensan que siempre me gustaron los bichitos… pero nooo. En realidad al entrar a estudiar, planeaba especializarme en neurobiología y antes de cruzarme con el Doc Onore en el camino…estaba bastante convencida de que así sería… caro trampa

Después de convertirme en super amante de los bichitos, el Doc Onore siguió desafiandome e inspirandome a ir aún más allá… Me abrió todas las puertas que estuvieron a su alcance y con su inmensa sonrisa y cariño me guió y dió fuerzas para seguir. Siempre sentí su apoyo y cariño, y lo más lindo…construimos una hermosa amistad en la que compartimos valores, ideales y sueños. En el 2005, Giovanni me invitó a colaborar con algunas de las actividades que lleva a cabo en el Bosque Otonga. Un poco de educación ambiental con los niños de las escuelas en un inicio, reforestación del area más adelante y tantos otros esfuerzos que hace para conservar uno de los bosques más hermosos de nuestro país. Con gran esfuerzo, Giovanni y su Fundación Otonga, protegen la biodiversidad del Bosque de Otonga, con la participación activa de las comunidades de los alrededores, especialmente los niños. El increíble trabajo que Giovanni ha hecho en la zona, realmente me inspira a querer seguir sus pasos y trabajar hacia el mismo objetivo: proteger el bosque y su gente.

Desde entonces he colaborado con varias de las iniciativas de la Fundación Otonga en pro de la conservación del bosque…pero aún más importante, desde entonces, mantengo mis ojos, corazón y mente muy abiertas para seguir aprendiendo del Doc Onore, del Bosque, su gente, y su magia…

Puedes conocer más de Giovanni y su gran trabajo aquí